martes, 12 de febrero de 2013

Vacaciones crónica de una crisis anunciada

Comparto este artículo, en el que me entrevistaron para colaborar con este tema. Agradezco a Diario Expreso por la oportunidad que me dieron de ofrecer mi punto de vista.
http://www.semana.ec/ediciones/2013/02/10/psicologia/psicologia/vacaciones-cronica-de-una-crisis-anunciada/


VACACIONES CRÓNICA DE UNA CRISIS ANUNCIADA

El exceso de convivencia, los desacuerdos respecto al destino o el sexo pueden desencadenar una crisis de pareja durante las vacaciones

Inés Ruiz del Árbol
ruizi@granasa.com.ec
Las imágenes de unas vacaciones paradisiacas visitan la cabeza de cualquier trabajador común al menos una vez durante su jornada. Sobre todo cuando el calor aprieta y el estrés se acumula. Baños en aguas cristalinas, comidas con vino añejo y largos paseos cogidos de la mano, son las estampas de amor sin imperfecciones que se busca vivir durante este periodo de asueto.
Sin embargo, las vacaciones no son la postal perfecta que se ha imaginado en la oficina. Y aunque muchas parejas en crisis crean que unos días de relax serán la solución a sus problemas, estos pueden tener su lado crítico.
Luis Veiga, psicólogo y magíster en Terapia de Pareja, asegura que es importante no soñar con ideales imposibles para evitar frustraciones. “Es un período idealizado que supuestamente nos recompensará por los esfuerzos del año, pero tener mucha expectativa puede acabar en frustración porque normalmente no se consigue el ideal de los dos miembros”.
En las vacaciones, hombre y mujer están juntos las 24 horas durante varios días seguidos. Una convivencia muy alejada de la rutina habitual, donde normalmente coinciden al final de la jornada, cuando ambos han terminado con sus obligaciones laborales o domésticas. “Aunque parezca extraño, la ausencia de horarios, rituales cotidianos y obligaciones, pueden llegar a descolocar mucho a la pareja”, puntualiza el experto.
En los últimos 10 años el número de divorcios en Ecuador se incrementó en un 95,3%, frente al 11,1% de incremento de matrimonios, según los últimos datos de Registros Administrativos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). De acuerdo a estos datos el mes en que se registraron más matrimonios fue agosto; mientras que en enero, se registró el mayor número de divorcios.
“Enero es el mes en el que hay más divorcios a nivel nacional, lo que nos podría indicar que después de la época de Navidad y fin de año, tras un mayor acercamiento familiar y si hay una crisis latente, más parejas dan el paso”, analiza la psicóloga clínica Gina Fabre.
Sin embargo, las vacaciones no tienen porqué ser sinónimo de crisis. De hecho, son un sugerente estímulo para la convivencia en parejas que funcionan. Pero, si no se está pasando por un buen momento, pueden ser una auténtica bomba de relojería.
Bertha de Farah, terapeuta familiar, asegura que “para que una pareja entre en crisis durante el periodo de vacaciones, significa que ya estaba pasando por situaciones disfuncionales y no se les había dado la solución requerida. Si ya existía una distancia emocional entre ellos, durante las vacaciones al estar en un entorno diferente al acostumbrado, aumentará esta distancia emocional”.
Disfrutar las vacaciones, objetivo común
“Siempre surgen problemas a la hora de planificar las vacaciones”, explica Liliana Vargas, historiadora, de 36 años, “él prefiere improvisar y decidir en el último momento. Yo, en cambio, me decanto por decidir el destino con antelación, buscar la ruta y los hoteles. Durante el viaje en sí, también tenemos conflictos, puesto que no siempre nuestra idea de cómo deben ser las vacaciones son las mismas”. Es el caso de quien, año tras año, vive los mismos desencuentros para preparar sus días de descanso.
Hay distintas variables a tener en cuenta al planificar las vacaciones en pareja y que pueden ser fuente de conflictos si no se solucionan adecuadamente. Los desacuerdos sobre destino, fecha, duración o alojamiento pueden suponer una discusión mucho más grave de lo que debería ser.
Con respecto a las actividades que emplearán para su tiempo de ocio, la psicóloga clínica Gina Fabre recomienda un consenso para satisfacer las necesidades de ambos. “El hecho de respetar los gustos de la pareja, es algo que debe quedar claro desde el inicio de la relación. Si esto no fue conversado, va a originar conflictos. Lo importante es dar espacio a las necesidades de cada uno y respetarlas, encontrar un consenso si hay algo que no agrada”.
Teniendo en cuenta estas premisas, el terapeuta Luis Veiga explica que lo importante es que ninguno tenga que renunciar en beneficio del otro: “Si durante las vacaciones un miembro de la pareja mantiene su afición y el otro tiene que renunciar a la suya para cumplir con tareas que se generan en la convivencia, se están poniendo las bases para una crisis profunda, duradera y de mala solución”. Durante estos días se deberá generar una dinámica diferente a la que se tiene normalmente, ya que repartir responsabilidades y tareas equitativamente evitará enfados y reproches.
Lo mismo ocurre con la elección de la familia a la hora de pasar las vacaciones. Este hecho, en el caso de que se le sumen los problemas que arrastraba la relación, puede convertirse en un obstáculo insalvable. “Tomar la decisión de elegir con qué familia compartir las vacaciones es en muchas ocasiones generadora de conflictos, por eso es muy importante que las parejas aprendan a llegar a acuerdos. Por ejemplo, un año se disfruta las vacaciones con una familia y al siguiente con la otra. De esta manera, siempre y cuando se respete el acuerdo, ambos quedan satisfechos”, explica Sandra Saltos Alarcón, psicóloga especializada en terapia familiar.
Sexo, un arma de doble filo
“Cuando llegamos al hotel la primera noche, aunque estábamos cansados, era como una obligación tener sexo”, confiesa Carlos Alejandro Cueto. Para este diseñador de 45 años, diez días en la costa fueron suficientes para decir adiós a su matrimonio. “Estábamos distanciados, pero estas vacaciones nos hicieron darnos cuenta de que ya no podíamos seguir juntos”, recuerda.
El ritmo intenso con el que se vive durante el año interfiere en la vida sexual de una pareja y las vacaciones pueden servir de acercamiento, pero es importante que el deseo surja sin presiones. “En vacaciones, si se tienen problemas, el tema del sexo generará mucha presión, pues pueden sentirse obligados a tenerlo pensando que puede ser la solución del problema o para compensar el tiempo perdido”, apunta la psicóloga Fabre.
La encuesta Durex de Bienestar Social, realizada en 26 países a nivel mundial, arrojó luz sobre el asunto de la frecuencia en las relaciones sexuales. El promedio es de 103 encuentros sexuales por año. El 5% de los adultos tiene sexo todos los días y uno de cada cinco lo hace entre 3 y 4 veces a la semana.
Aunque no especifica si el ritmo aumenta en determinados periodos, una atmósfera libre de estrés puede favorecer un escenario romántico y fomentar encuentros sexuales másplacenteros.
“Definitivamente cuando hay tiempo libre, hay más oportunidades de estar relajados y no preocupados por el trabajo o los estudios”, advierte la experta Bertha de Farath.
Y es que una pareja feliz lo será en la playa o en cualquier rincón remoto del mundo. Pero una pareja en crisis solo sentirá distancia y tristeza, por muchos lugares increíbles que visite en sus vacaciones.