jueves, 22 de noviembre de 2012

Reinventarse nunca es tarde

Este artículo se publicó en la Revista Vistazo en Mayo del 2012, la entrevista la realizó Lola Alvear, a quien agradezco por tomar mi opinión para elaborar el artículo de "Reinventarse nunca es tarde":


El temor al cambio 
Si usted no es feliz con lo que hace, lleva años haciéndolo y, sobre todo, siente que ya no es tan joven para emprender un reto nuevo, tenga presente estas tres palabras: nunca es tarde. .

¿Es mejor fracasar, que nunca intentar? ¿O es mejor seguir en la zona de confort y vivir eternamente con la pregunta de qué hubiera pasado si…? “Siempre es mejor arriesgarse. Hay que perder algo, para ganar algo”, sostiene Gina Fabre, psicóloga clínica, máster en Gestión de Recursos Humanos.

Lo primero que hay que enfrentar es el temor al cambio, que genera estrés, dudas e inseguridad. Y esos sentimientos son muy comprensibles porque se va abandonar lo conocido y lo seguro para probar con algo nuevo y, hasta cierto punto, incierto. “Lo importante es concentrarse en lo que uno quiere, no en lo que a uno le da miedo”, aconseja Fabre. Asimismo es mejor enfocarse en lo emocionante y lo gratificante que podrá ser el nuevo reto, en lugar de dejarse paralizar por los miedos. El poder de reinventarse está relacionado con la inteligencia emocional, un aspecto que, dependiendo de la fortaleza de la persona, vendría bien trabajarlo con un psicólogo.

¿Por dónde empezar? 
Lo primero que se debe hacer es analizar prioridades, porque seamos realistas a determinada edad, con cargas familiares y un trabajo estable, es mucho lo que se arriesga. 

La clave está en elaborar un plan. “Si todavía estamos laborando (en algo que no nos apasiona), tenemos que organizar el tiempo y considerar que nos vamos a demorar en lograr nuestro objetivo, porque debemos cumplir con otras responsabilidades ya existentes”, sostiene Gina Fabre. Este plan debe ser de largo plazo y dividido en pequeñas metas, pues al fijarse un único y gran objetivo, la persona quizá no está siendo realista, corre el riesgo de no conseguirlo y, por ende, de sentirse desmotivada. También en un inicio se debe contemplar el cierre de ciclos y asuntos pendientes. “Es mejor no abrir tantos frentes al mismo tiempo. Si usted tiene muchas deudas, trate de salir de ellas antes de emprender algo nuevo, porque sino se va a meter en otro problema”.


Deténgase un minuto
Antes de dar el gran paso, la psicóloga Gina Fabre aconseja tomarse el tiempo de analizar los siguientes aspectos: 
• La vocación para cumplir su objetivo.
Acuda donde un psicólogo que evalúe sus habilidades, porque de no tenerlas quizá se trata más de una fantasía, que de una verdadera vocación. En ese caso, lo más conveniente es dedicarse a ese sueño a manera de hobbie, y no hacer un cambio de profesión.
• El entorno cercano. Si ya tiene familia, ese cambio también los afecta. Haga una reunión familiar para saber con qué tipo de apoyo cuenta en lo económico, emocional y en el factor tiempo.
• El campo de oportunidades. Cuando se trata de un cambio de carrera, es importante investigar la salida laboral de ésta y cómo se la puede enfocar. Recuerde también que va a empezar desde cero y ello implica ganando menos hasta adquirir experiencia.

Si todas estas condiciones son favorables, adelante, arriésguese. De seguro, el camino será difícil al principio y a ratos se arrepienta de la decisión que tomó. Steve Jobs fue despedido de la compañía que él mismo fundó y, alrededor de cinco años después, la volvió a recuperar. “Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía”, dijo en su discurso inspirador en la Universidad de Stanford. “Tienen que encontrar qué es lo que aman. Y esto vale tanto para sus trabajos como para sus amantes”. 

Artículo completo en: http://www.vistazo.com/ea/vidamoderna/?eImpresa=1075

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