Una actitud asertiva nos permite decir lo que
pensamos aceptando críticas, poder decir
alguna vez que NO. Saber que nuestras ideas, y también
problemas, merecen la atención de los demás. Un comportamiento asertivo también comprende
actitudes: mirar a los ojos, no fijamente pero sin miedo a que le devuelvan la mirada,
centrándose en lo que se quiere decir, no andarse por las ramas, hablar sin prisas en un tono
convincente que demuestre respeto, permitir interrupciones y dar opiniones, incluso
respondiendo preguntas. En estos casos la imagen es un factor clave. Tomar una posición erguida y recta
ante el interlocutor, asentir con la cabeza, gestos naturales para resaltar puntos
importantes, con una buena sonrisa y evitando siempre movimientos hostiles (acercarse en exceso e
invadir el espacio de otra persona, señalar con el índice…).
No es sencillo tener asertividad pero si es fácil
lograrla. Es una actitud que se puede entrenar y que proporciona muchas satisfacciones. Lo primero es
saber cómo de asertivos somos, para mejorar hay que saber qué debemos potenciar, a los
pasivos no les vendrá mal una dosis de autoconfianza y a los agresivos de humildad. Hay que
saber cuándo se debe ser asertivo, identificar circunstancias que nos amedrentan o intimidan
para ver cómo defendernos, aunque claro, sin excedernos, hay que respetar los derechos
ajenos. Así podremos
encontrar más fácilmente dónde fallamos y tratar de fortalecer esos aspectos.
Tienes problemas para ser asertivo? la asertividad puede enseñarse y mientras más hagas la práctica será más sencillo poder incorporarla en tu vida.
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